Jorge Hernández, el vocalista de “Los Tigres del Norte”, luce distinto cuando viste de traje y corbata. Es la tercera semana de diciembre y en esta ocasión el cantante firma en Guatemala contratos de giras centroamericanas para 2011. Sin la colorida vestimenta y el sombrero del escenario es difícil identificarlo.
Una noche antes de esta entrevista, sus agentes prepararon una cena para que El Jefe de Jefes, como le llaman, conviviera con los locutores de las emisoras desde donde sus canciones se dedican para marcar historias de amor, acompañar corazones rotos, o recordar las hazañas de parientes mojados y, por supuesto, corear corridos de contrabando y traición.
El grupo mexicano ha compuesto desde 1968 poco más de 500 canciones y corridos. Unas polémicas y otras censuradas.
¿Por qué el cambio? Camelia, la Tejana, es una historia de amor y contrabando, pero La Granja es crítica de…
– Son dos temas completamente diferentes. Camelia fue el inicio de Los Tigres, es la primera historia que nos hace conocidos. Contrabando y Traición, así se llama la canción, tiene personajes abiertos: una mujer, Camelia, y un hombre, Emilio Varela, y esa es una historia de amor, pero a medida que el público la tomó, agarró fuerza la historia de narcotráfico. En “La Granja”, en cambio, pasamos de 1972 al 2009, encuentras una problemática que ha ido en aumento. Antes existían estos problemas, pero nadie sabía o todos sabían, pero no querían decirlo. La Granja ya no nos permite usar personajes abiertos, si ustedes notan es una fábula.
Usa muchas metáforas.
– No se podía hablar claramente del problema que existe en México, no podemos decir con claridad quién es el conejo o el zorro y si lo dices, tienes un problema legal, entonces cada quien sacó de la canción lo que conoció a través de los periódicos. No pudimos ni debemos señalar porque no somos autoridad, somos cantantes que hacemos reseñas de lo que vive el pueblo.